2010, cuanto puede uno crecer.

Siento que este año, como pocos, ha sido de un tremendo crecimiento y desarrollo, partiendo con el viaje que hice a Machu Pichu en enero, fue el viaje que siempre había querido hacer, sacándome la cresta y que doliera llegar. Supongo que eso ha de significar algo, la manera en que lo quise hacer. Esforzarme, ver si de verdad me la podía o no.

Este año llegaron a mi, como poderosa revelación, lo de aquel viaje, la serie Six Feet Under y Lev Tolstoi. Creo que estas 3 cosas han influido profundamente en mi manera de ver la vida, de replantearmela como un precioso tiempo que cada uno tiene, tiempo finito donde uno aun tiene la opción de decidir qué hacer con él. Puedes decidir ocuparlo en juntar más y más riquezas, tener una mejor casa, un mejor auto que tu vecino… o puedes usarlo para buscar un poquito más de ella, tratar de darse cuenta de cuanta belleza y cuanta fealdad hay ahí.

Usar el tiempo para expresarte, sacar la voz, no comprar siempre lo que otros digan sino convencerte de que lo que tienes que decir SÍ vale la pena ser escuchado. De que el cinismo no es otra cosa que la respuesta fácil definitiva, y que yo no quiero que mi vida sea fácil. Y que la acción es, como decía el curita de plan Z, cosa de proponérselo. Es super humano sentir desencanto, miedo, cansancio, paja, rabia, sentirse que uno no encaja… pero es más humano aun no dejarse apabullar por todo esto y aun así IR por más.

Este año ha sido un poco más duro de lo habitual, ahora sí puedo decir que conozco algo la soledad. No la melancolía, a la que nunca he rechazado, sino ya directamente sentirme solo. A veces no es sencillo, a veces extrañas cosas tan simples como un abrazo. Y esto mismo me ha servido, creo yo, a buscar mejorar mi relación familiar, sobre todo con mi hermana Catalina, con quien siempre yo mismo me distanciaba. La soledad, y el cariño que le tengo al poco tiempo que tengo de vida, creo que me han cambiado hacia una persona no sé si mejor o peor que antes, pero sí algo un poco más grande.

-